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Chacalón / EL GORRIÓN QUE BAJÓ DE LOS CERROS

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Chacalón ya no canta pero su voz además de seguir perpetuando un estilo para los provincianos de la Lima, informal y achichada, hoy habita en los fastos de los prodigios y hasta le quieren construir un parque. Hace milagro también, dicen, si le rezas con fervor. «Chacalón» fue el artista que vivió en el magma de la pobreza más cruel y hoy sigue siendo un paradigma de los desterrados, que a más de una década de su muerte hoy lo consideran un santo y ocupa la versión masculina de otro personaje venerado por los humildes, los ladrones y las prostitutas, Sarita Colonia.

Tibio todavía, entre visiones difusas y el olor al alcanfor final, Chacalón había distinguido aún las facciones de Dora Puente, su esposa, pero apenas alcanzaba a descifrar lo que entre gemidos ella le decía. En el breve espacio de la sala de la Unidad de Cuidados Intensivos de la clínica Javier Prado, Lorenzo Palacios Quispe, «Chacalón», recién tuvo la certeza de que se moría y ya casi embalsamado en los atonales himnos de ronquidos quiso pedir agua, aire, por favor, un poco más de vida. Era la media tarde de un 26 de junio de 1994, e injusto el silencio absoluto de pronto lo dominó y la parca se encargó de entonarle su punto final.

A Lorenzo Palacios Quispe lo siguen llamando «Chacalón» como si estuviese vivo. Para sus devotos, aquello de que el hombre está muerto son pamplinas. Su leyenda ahora tiene de mito religioso. “El Faraón” – así el decían los locutores–  de la cumbia peruana que dejó este mundo físico cuando había cumplido 44 años, vive a regañadientes en los páramos del cementerio El Ángel en los viejo Barrios Altos limeños.

Ese día había muerto «El Faraón de la cumbia peruana», el ser de la alegoría del provinciano en Lima, su emblema y paradigma; pero desde aquella vez, su linaje había procreado al mito, al personaje que devino en predestinado santo, en un ídolo de contraseñas, en un virtuoso venerable. Su vida misma le había inventado la leyenda y esta tenía sus consignas. Que fue alcohólico, que vivía de las mujeres, que era lo que dicen un «achorado» de marca mayor, y él apenas era el artista popular que cantaba junto a los cerros que estrangulan la capital para sobrevivir fotografiado a las angustias familiares sin etiqueta.

Tenía 44 años cuando lo enterraron. Y esa despedida fue memorable incluso sobre las cicatrices que dejan el barrio y sus albañales. Qué de multitud no llegó hasta el camposanto, qué de rituales bajopoblanos no se exhibieron aquel atardecer. Su pueblo, embriagado por el dolor contenido, no halló mejor oportunidad para que ahí, en el cementerio El Ángel, cuartel Santa Glicenia 33-B, se cortara los brazos y garabateara sus tatuajes. Y el ataúd, lanzado por el gentío, estrujado por el amor a navajazos que transportaba como un Cristo y a duras penas al ídolo muerto de un paro cardiaco y más muerto todavía de vida desmesurada se marchaba para siempre. El parte médico hablaba de un coma diabético y de una sangrante úlcera gástrica y hasta de un virus inclasificable en ese momento. Luego se sabría que «Chacalón» había fallecido de rabia, pena y añoranzas.

 Una voz contra las miserias

Para aquellos que lo conocimos, «Chacalón» fue ese ser necesario para el imaginario del pobre y el desarraigado sin horizontes. Y daba la talla porque cantando resolvía como una válvula de escape la frustración nacional de los peruanos marginales, aquellos que todavía habitan en la bienaventuranza de lo prodigioso, esos que horadan las márgenes de la informalidad. Por eso construyó su propia estampa para enarbolar las insignias de una cultura ilustrada en la hibridez: la cultura chicha. Expresión celebrada del provinciano conquistado por la megalópolis limeña y que resignan su sino al nudo o trenza capitalino que los atrapa y los mimetiza con la magia miserable de la sobrevivencia a tal punto que son muy pocos aquellos que retornan a sus pueblos. Peruanos de fronteras adentro, cultura del interregno y pesadumbres, costumbres del tráfago de la postración.

Su madre, doña Olimpia Quispe, había llegado a Lima desde Huamanga en el invierno de 1942 y aún adolescente se empleó como sirvienta en el barrio de Santa Beatriz. Dicen que sus paisanos le anunciaron a los gritos que tenía muy buena voz, y era cierto porque la joven Olimpia poseía un timbre que le hacía cantar los huaynos de su tierra aternurados entre sus llantos tutelares y las melancolías que canonizaban el aroma a las retamas. Un domingo debutó en el Coliseo Nacional de la avenida Bolívar en La Victoria, y Luis Pizarro Cerrón, el empresario avieso, la bautizó con el nombre de “La Huaytita”. Así quedó, así, jovencita y todavía extraviada, así se fue ganando la vida, «sola, siempre sola…» como cantaba la Flor Pucarina, en un mercado donde los hombres imponían el rigor del trago y la violencia despótica del macho.

En ese ambiente doña Olimpia conocería a Lorenzo Palacios Huaypacusi, huancaíno y cargador de La Parada. La música, el zapateo y las cervecitas hicieron lo demás. De aquel breve amor embriagado nacería Lorenzo Palacios Quispe, esa criatura que cuando vio la luz del mundo, sin embargo, no tuvo la suerte de conocer al hombre que doña Olimpia le dijo que era su padre. Luego le sucedieron otros hermanos y aún cuando niño fue conociendo a otros tantos padrastros. La mamá ahora vendía anticuchos y habitaban en un atropellado cuarto de un callejón del cerro San Cosme. El niño Lorenzo jamás se dio cuenta cómo un hombre de carácter férreo, Silverio Escalante, de pronto fue el tipo extraño a quien él debía decirle «papá» y así creció, entre las carencias y las broncas, los rostros extraños y los excesos de los mendrugos.

 En la geografía de la pobreza

Entre los cerros San Cosme, San Pedro, El Pino y El Agustino existe el lugar sin dueño, la zona más violenta de los extramuros limeños. La gente es hosca y sin escrúpulos. Campea la delincuencia, las drogas y la prostitución. En los albores de los años cincuenta, como bien refiere José Matos Mar [1], la presencia de los provincianos en Lima alcanza proporciones demográficas inconmensurables. La Carretera Central, la principal vía que comunica a la capital con los pueblos de los Andes centrales, desemboca precisamente en ese cuadrante de la marginalidad. Hasta ahí llegaron esos peruanos desalojados de sus querencias y fueron a dar a las cumbres de la miseria desde donde se puede ver el mar. Invadiendo los cerros, se fueron haciendo al principio de casas de esteras en un aglutinamiento urbanístico sin orden ni concierto. Ahí creció Lorenzo Palacios Quispe.

Entre Manzanilla y el jirón Sebastián Barranca la vida no vale nada. Aquí las prostitutas y sus cafichos, más allá los borrachos bebiéndose la existencia alcohólica y sus últimos suspiros metílicos. Ahí, el Lorenzo niño tenía que sobrevivir ahora robando frutas de los camiones, ahora de «campana», ahora de aguatero de burdel y lo sabían, y quisieron corregirlo a correazos y dicen que se arrepintió. Y entonces desde los 7 años tuvo que trabajar de lustrabotas, de ambulante, de ayudante de cocina y hasta fue ‘pájaro frutero’ [2]. En la casa, los hermanos seguían llegando así como cuanto extraño se aparecía por el callejón.

Según me confesó en la entrevista que le hiciera en una tarde de julio de 1989 [3], él nunca supo con certeza cuántos hermanos fueron porque era tal la promiscuidad en la familia que Lorenzo no supo diferenciar quién era su pariente, quiénes sus tíos, quiénes sus primos. Cuando estuvo en edad escolar lo matricularon en un colegio fiscal de la avenida San Pablo. Lorenzo tenía habilidad para cualquier cosa menos para los libros. Su padrastro –contaba «Chacalón»– lo encontró una vez jugando fútbol en vez de estar en clases. Esa noche lo flagelaron. Lorenzo no lloraba pero le dijo al padrastro que prefería el trabajo a los cuadernos y desde aquella vez lo emplearon en un taller de zapatería. No obstante, un rencor inconfesable lo había marcado para siempre y su destino le había cancelado su inocencia. Ese invierno sin abrigo le cambió la vida y se hizo hombre sin recargos.

El artista de los necesitados

Lorenzo ya había cumplido los 15 años y entre otras cosas había aprendido también la técnica fina en la elaboración de zapatos para damas. Fue así que me contó en aquella conversación en su casa y entre vasos de cerveza y aguardiente cómo se inició en el canto: «Una tarde en el campo del colegio Labarthe, allá por la avenida México, en un festival musical deportivo, yo estaba jugando fútbol. Era un campeonato relámpago y yo era arquero del club Juventud Chacapampa. Mis compañeros, mis patas, que sabían que yo cantaba en las cantinas, me animaron a subir al escenario porque había un pequeño concurso para principiantes. Subí al estrado que estaba detrás del arco y donde un rato antes habían cantado mis ídolos del folclore. Era domingo y recuerdo clarito, ahí estaba Picaflor de los Andes, Flor Pucarina, Princesita de Yungay y otras estrellas del huayno. Yo estaba picado, ya nos habíamos tomado casi dos cajas de cerveza, pero no desentoné y me aplaudieron y de futbolista pasé a ser cantante profesional. Como nosotros éramos pobres y misios, al menos esa noche llevé alguito para la comida, para la olla de la casa».

La música folclórica, a partir de los años 60 había encontrado un amplio nicho tanto en la radio como en los discos. «Picaflor de los Andes» era un ídolo de multitudes y llenaba cuanto festejo o fiesta se realizaba en los coliseos [4]. Ya en esos años, otro artista andino, «El Jilguero del Huascarán», era quien más discos vendía en el país. Pero el Perú estaba invadido por los ritmos tropicales, la Sonora Matancera y las cumbias de Tulio Enrique León. Así, producto de esa influencia, en 1965 aparece un grupo nacional distinto: Los Pacharacos de Fredy Centi, quienes ‘tropicalizaban’ los huaynos que tenía origen en el valle del Mantaro. La mezcla sonaba rara pero enganchaba con los públicos migrantes. Luego irrumpen dos bandas típicas de esa misma zona de la sierra peruana: Los Demonios del Corocochay y Los Demonios del Mantaro. Estos últimos imponen el tema «La Chichera». Para muchos estudiosos del fenómeno ‘chicha’, este es el momento en que se gesta el género y que abriría las puertas a una transformación en los gustos y las modas y que traspuso el umbral de lo puramente musical para convertirse en un hito sociocultural en el Perú [5].

 El laberinto de la «choledad»

Pero en aquel tiempo Lima se sofisticaba –como afirma el sociólogo Eduardo Arroyo– siguiendo las pautas del american way of life. En la capital aparecen discotecas, supermarkets, snack bars, fuentes de soda. Surgen a imagen y semejanza de los mall americanos tiendas como Sears Roebuck y grandes almacenes por departamentos, y hasta se pone de moda un deporte: el bowling. El país y la capital pasan de aristócratas a plebeyos. Simultáneamente, la cultura criolla se torna agresiva y aparece un término para denominarla con propiedad: «Lima se achora» [6].

En esa Lima de contrastes y transfiguraciones, Lorenzo Palacios ya está convertido en un maestro en el taller de zapatería donde se hace de un amigo entrañable, Mauro Puente. Con él asisten a cuanta fiesta hay en el barrio y acompañan a sus ídolos –en aquel tiempo ya estaba de moda el grupo Los Destellos del guitarrista Enrique Delgado– hasta las fiestas más lejanas de Comas y San Martín de Porres. Son, pues, Los Destellos los precursores de la cumbia peruana, híbrido musical que al fusionarse con los aires andinos cuaja perfectamente a tal punto de quitarle popularidad al huayno y al huaylash que, como géneros masivos, integraba a la mayor cantidad de provincianos serranos de la capital. Mauro Puente tenía una hermana, Dora, y ella también los acompañaba con sus amigas a aquellos bailes donde la gente bebía hasta perder el conocimiento. Lorenzo Palacios, una noche de esas, no pudo más contra los arrebatos de su corazón y tuvo que confesarlo. Estaba enamorado de Dora, y de la declaración de amor, su matrimonio civil y el nacimiento de su primer hijo, el mismo «Chacalón» cuenta que él mismo no sabe qué tiempo pasó y apenas le pareció un instante.

Era el tiempo de la insurgencia de otros grupos como «Los Diablos Rojos» de Marino Valencia, «Manzanita y su conjunto», «Pedro Miguel y sus Maracaibos». Desde la selva llegaba «Juaneco y su Combo» y «Los Mirlos», dos conjuntos que llegaban con las mismas ganas de conquistar la capital. Luego aparecerían «Los Ecos» de Edilberto Cuestas y el Grupo Celeste de Víctor Casahuamán. Es con el «Grupo Celeste» que Lorenzo Palacios debutaría en una fiesta tropical en el local «Mi Huaros Querido» de San Luis. En este conjunto cantaba «Chacal», el hermano de Lorenzo, pero esa noche no llegó. Así, cuentan que el director, Víctor Casahuamán, observó que ahí se encontraba Lorenzo tomándose unas cervezas con sus amigos, lo llamó a un apartado y le propuso que cantara en lugar de su hermano. Lorenzo cantó y no desentonó pero aún no tenía nombre artístico. Terminado el espectáculo le dijo al director, casi en secreto: «Si mi hermano es Chacal, entonces yo seré Chacalón».

Muchos investigadores del fenómeno «chichero» afirman que con «Chacalón» se inicia la verdadera «chicha», la ortodoxa y genuina. Es decir, como afirma Wilfredo Hurtado Suárez [7], que la «Chicha» es el primer producto cultural que genera la migración y que perfilan los avatares de la asimilación de los provincianos a los desafíos de la gran ciudad. «Chacalón» así, es el paradigma. Sin duda, los éxitos de sus temas [los de corte romántico, los del recuerdo al terruño, los del despechado y los del «achorado»] se expandieron en el ámbito nacional homogenizando amplios sectores urbanos y rurales. «Chacalón», no obstante, coexiste al mismo tiempo y es popular sin desplazar radicalmente las múltiples expresiones andinas más antiguas y las nuevas representaciones del folclore tanto así que hoy, casi una década después de su desaparición, en programas radiales, clubes provincianos, campos deportivos, restaurantes-recreos y carpas, cantantes como Max Castro o Dina Páucar siguen teniendo su público como la chicha –con nuevos grupos y cantantes— también tienen el suyo.

El huayno se hace electrónico

Es verdad, con «Chacalón» comenzó a perfilarse un nuevo estilo de cantar y tocar la cumbia peruana. Por eso, aquellos músicos criollos del género tropical sintieron que, en el fondo, Lorenzo Palacios estaba cantando un nuevo tipo de huayno, con el agregado de la percusión caribeña pero con un gemir casi genético que se le escapaba del alma. De ahí que lo llamaran peyorativamente «cantante chichero». No obstante, fue «Chacalón» quien le puso a la chicha el aliento de barrio serrano, del cerro cholo y también le dio un himno a todos los migrantes de la urbe: en el tema «Soy provinciano», que pertenece a Juan Rebaza, y que por esos enigmas y argucias que tienen los músicos aparece como autor el mismo «Chacalón»,  este dice: «Soy muchacho provinciano,/ me levanto muy temprano,/ para ir con mis hermanos,/ a trabajar…/ No tengo padre ni madre,/  ni perro que a mí me ladre,/ sólo tengo la esperanza,/ de progresar…». Era un himno reivindicativo y un lamento de un destino inmisericorde. De esta manera y no de otra, su cantó prendió en el corazón de su pueblo y de ahí que los promotores y locutores acuñaran esa famosa frase que se entonaba a los gritos en cuanto ‘chichódromo’ se presentaba Lorenzo Palacios: «Cuando canta Chacalón, bajan los cerros». Y cuánta verdad había en aquella sentencia.

En los años ochenta, el Perú retorna a la democracia luego de 12 años de dictadura militar. Surgen nuevos íconos y aparecen otras tendencias. El clima de libertad se siente también en las zonas marginales, que con la llegada de Alfonso Barrantes a la alcaldía metropolitana de Lima, sectores siempre marginados se ven representados en sus más amplias aspiraciones. En la sierra, al contrario, el clima violento impuesto por Sendero Luminoso genera un desplazamiento masivo a las urbes. Es a partir de esa época que «Chacalón» consolida su estilo. Sus temas «Por ella la botella», «Viento», «Sufrir, llorar para qué» y la ya famosa «Soy provinciano» le otorgan una popularidad inusitada. Hacía buen tiempo se había separado del Grupo Celeste y formó otros conjuntos como El Súper Grupo hasta encontrar los acompañantes adecuados –‘su mancha’ como él decía– para integrar «La Nueva Crema», el grupo que lo encumbró como a nadie.

Entonces se muda del cerro de San Cosme e inaugura su casa en el complejo residencial Los Incas en el barrio de Santo Cristo. El grupo graba para el sello Horóscopo de Juan Campos y después el mismo «Chacalón» crea su sello porque le advirtieron que los empresarios chicheros lo estaban estafando. Hoy, su viuda Dora Puente reconoce que el cantante jamás ganó una fortuna, como aseguraban algunos. Por el contrario, afirma que los que hicieron dinero con él fueron los empresarios que lo manejaron. El propietario de la promotora El Pacífico, Juan Ortiz Ñauri, el ya mencionado Juan Campos del sello Horóscopo y los dueños de la Promotora Markahuasi. De Víctor Casahuamán, el director del «Grupo Celeste» la señora dice que este lo explotaba y que lo hacía cantar a diario con una paga miserable. Dora Puente asegura que al momento de morir «Chacalón» sólo dejó deudas, por lo que tuvieron que vender las combis, el auto de uso personal y la casa de Los Incas. Hoy, la viuda de «Chacalón» habita en una modesta vivienda en San Juan de Lurigancho, casa que le compraron sus tres hijas que siguen viviendo en los EE.UU.

La fortuna que jamás existió

Paco Pajuelo, su amigo y guardaespaldas, recuerda que a partir de 1984 había actuaciones todos los días. Luego comenzaron las giras y llegó la fama. No obstante, niega que «Chacalón» organizara sus propias fiestas y él mismo invirtiera en cerveza. Al contrario, él sólo ganaba por cantar y ese dinero servía para mantener a su organización artística de 12 personas. Cierto que vivía en los fastos de la popularidad pero que aquello lo obligaba a donar, obsequiar y reconfortar a los menesterosos que lo seguían. Por algo no era amigo del animador Augusto Ferrando quien lo invitaba a su programa de Panamericana Televisión, y su mundo, aunque se fue agrandando hasta convertirse en una mega estrella de la canción popular, en el fondo no era un ser feliz –secuelas traumáticas de su infancia hubiera afirmado un sicólogo— a pesar de que lo reclamaban en Bolivia y también en Ecuador y hasta tuvo oportunidad de actuar para la colonia peruana residente en Nueva York.

Lorenzo Palacios, sin embargo, era un tipo calmo y de vida familiar. Ya tenía siete vástagos e hizo todo lo posible para que sus hijas residan en los EE.UU. Ahora, algunos podían decir que tenía dinero y que la prosperidad le sonreía. Que fue cierto que invirtió en autos y las combis para que trabajen en el servicio urbano. Pero marcado por ese estigma del pobre, el dinero se le iba como agua entre los dedos. Por eso para muchos resulte extraño que un día se le ocurrió ingresar a estudiar cosmetología junto a su esposa –«Sabes, era para no perder el tiempo porque yo sólo trabajaba por las noches», me contó– y al tiempo era ya un señor peluquero. Poseía también un diploma de sastre y él mismo mandaba a diseñar sus trajes. Todos eran brillantes, con lentejuelas, de colores chillones. «Así se viste mi pueblo» decía y seguía acumulando trabajo y amigos, los de verdad y esos que se chupaban su plata. El ambiente que frecuentaba, paradójicamente, él mismo lo había construido y entonces no podía escapar del alcohol y de las vedettes y los hampones que se aprovechaban de su fama.

Ahí comenzaron los problemas familiares porque la prensa amarilla hablaba que a «Chacalón» lo habían visto en restaurantes y hostales con una y con otra. Además, como reconocería después la esposa, muchos de sus amigos sólo estaban cerca de él porque el hombre tenía dinero y hasta le hacían firmar documentos cuando «Chacalón» estaba ebrio. Guillermo de la Riva, su amigo desde la niñez, recuerda que todos le decían que deje ciertas amistades y que no frecuente ciertos lugares de mala reputación. «Chacalón» no hacía caso. Nadie se explicaba por qué había cambiado tanto y ya no era ese hombre generoso que oía a sus verdaderos amigos y estaba atento a su vida familiar. Cierto, la factura que luego le pasó la fama fue cruel porque en ese tiempo aparecieron otros grupos más jóvenes con igual arraigo masivo. Los Shapis, Vico y su grupo «karicia», y el «Grupo Alegría» del gran Alín y otros más y que no sólo tocaban muy bien sino que habían introducido mejores arreglos e instrumentos electrónicos que nadie sospechaba su hubieran podido utilizar en este tipo de música. Entonces la competencia se hizo dura y había que dar la batalla.

Cervecita, licor amargo

Todos están de acuerdo que era en las fiestas de «Chacalón» donde la gente consumía más licor. Según el mismo De la Riva, un domingo en una fiesta se vendía mil docenas de botellas de cerveza. Los otros grupos no llegaban ni a la mitad. Pero otro aspecto era cierto: cada vez había que estar a la vanguardia porque los jóvenes habían comenzado a «rockear» o «salsear» los ritmos chicheros y habían ganado nuevos públicos. Entonces, la Lima de los provincianos vivía para la música y la insurgencia del sector informal se fusionó a este movimiento. Las playas de estacionamiento del Centro de Lima los fines de semana eran convertidas en salas de baile y otros locales dedicados sólo al negocio folclórico tuvieron que modernizarse, cambiar de equipos porque aquella música que había patentado «Chacalón» se había vuelto del gusto masivo, había invadido toda la capital y hasta el mundo académico, el intelectual y los políticos se preguntaban qué estaba pasando.

Don José Irei, el dueño de Radio Inca, recuerda que cierta vez le preguntó a «Chacalón» por qué en sus fiestas todos bailaban con los dedos en punta. «Chacalón» le confesó que era porque todos querían demostrar que portaban navajas o cuchillos. Y no le faltaba razón, esa fanaticada de avezados, drogados y ebrios y a punto de los diablos azules sacaban sus cuchillos frente al escenario y se cortaban los brazos en señal de compromiso con su ídolo. Una cosa de locos, decía Irei quien cuenta ahora que sus seguidores, aunque parezca mentira, han aumentado. «En el tanque que está sobre el cerro San Cosme la gente llega en peregrinación, rezan frente a varias imágenes –fotos y dibujos– del cantante y hasta le piden milagros».

«Chacalón» contaba que la gente pobre pero honrada tiene en este país dos únicas misiones: «La chamba y el vacilón. No hay más. Si no chapamos para nosotros la mitad de cada una estamos fregados. Hay que saber, hay que encontrar el secreto para chambear contentos. Uno no puede sacrificar la chamba o la pendejada. Tenemos que agarrar la mitad de cada uno. Porque uno puede tomarse su trago, puede jaranearse, puede tener un montón de mujeres, aunque yo siempre digo: hay que tener tres canales como máximo, pero tienes que sacarte la mugre trabajando para darte esos lujos. Si no, agarramos, formamos nuestra banda y nos ponemos a asaltar bancos». Esa era su filosofía. Por eso, desde el estrado, él metía un carajo cuando comenzaban las broncas y más parecía un sacerdote. Por eso para muchos era «Papá Chacalón». Y así lo llamaban porque siempre estaba demostrando que se trataba de un ser sencillo y humilde. «Trabajo con mi gente en lugares pitucos o en mercados de unos asentamientos humanos. No me hago problemas. Yo pude quedarme en los Estados Unidos. Pero estoy aquí, con mis cholos. Yo soy fanático del Alianza Lima y del Señor de los Milagros. Por eso soy feliz porque tengo un chupo de ahijados».

Era sabio, a su manera, que dos meses antes de morir presentó en un baile a su hijo José María como su sucesor. En ese entonces el chico apenas tenía 12 años y hasta hoy sigue cantando sin mayor fortuna como un fantasma que sólo hace extrañar al ídolo. Otro de sus hijos, Juan Carlos salió malo y hace unos años fue liquidado por la policía cuando robaba un auto. «Chacalón» fue sabio a su manera que el mismo preparó su entierro como si fuera una fiesta. Querido como ninguno, esa tarde del 26 de junio de 1994, dos días después de su muerte, la multitud, su gente, lo dejó arrebatada para siempre en su última morada. Lloraban y se cortaban y borrachos tropezaban como una danza demoníaca que hasta hoy no acaba.

——–

[1]          Matos Mar, José. Desborde popular y crisis del Estado: el nuevo rostro del Perú en la década de 1980. Perú Problemas. IEP. Lima 1984.

(2]          Sobrenombre que se le da a los niños que viven por su cuenta y tienen que alimentarse con lo que roban. Hoy se les suele llamar «pirañas».

[3]          Revista «Festival», número 6, publicada por IDESI. Lima, julio de 1989.

[4]          La institución «Coliseo» –suerte de carpa de circo— fue el primer escenario artístico para los artistas provincianos. Famoso fue el coliseo Manco Cápac en los años 40 y el coliseo Nacional en los 50.

[5]          Carlos Iván Degregori, «Huayno, chicha: el nuevo rostro de la música  peruana». IEP. Lima, 1997.

[6]          «El achoramiento» deviene del término «choro» [ladrón] y que a su vez se deriva del lunfardo argentino «chorro» de igual implicancia.

[7]          Wilfredo Hurtado Suárez. «La música y los jóvenes de hoy: los hijos de la chicha» En «Lima, aspiraciones, reconocimiento y ciudadanía en los noventas. Carmen Rosa Balbi, editora. Fondo Editorial PUCP. Lima 1997.

(Texto tomado del libro PROVINCIANO SOY – Historias de la cumbia peruana, que se publicaran en el 2013)

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Durante Fiestas Patrias marcharán contra Dina Boluarte y el Congreso

Las protestas fueron anunciadas por el presidente de la Organización Nacional de Familiares de Asesinados y Víctimas de las Masacres (2022-2023), Raúl Samillán, quien precisó que la marcha tendrá como destino Palacio de Justicia.

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El presidente de la Organización Nacional de Familiares de Asesinados y Víctimas de las Masacres (2022-2023), Raúl Samillán, anunció que el 27, 28 y 29 de julio marcharán contra la presidenta de la República, Dina Boluarte y el Congreso de la República.  

Las protestas serán durante Fiestas Patrias

Samillán, a través de Exitosa pidió a los familiares de los asesinados y víctimas marchar para protestar contra Boluarte Zegarra, argumentando que el Estado debe hacerse cargo de ellos, tal y como recomendó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

“Nosotros pedimos que se cumplan las recomendaciones de la CIDH, la cual el Estado debe hacerse cargo por todo el daño que les ha causado con las separaciones integrales (…) atender las necesidades en las que se encuentran (…) Para este 27, 28 y 29, esta marcha nacional se dará en todas las regiones”, declaró.

El punto de concentración será la Plaza Dos de Mayo

Además, señaló que el punto de concentración para el evento nacional será la Plaza 2 de mayo, a donde diversos gremios, organizaciones y colectivos se apersonarán para posteriormente iniciar el recorrido a las 3 p.m. con destino al Palacio de Justicia, donde se llevarán a cabo actividades culturales y una vigilia con todos los familiares de las víctimas.

“Acá, en Lima, el día 27, se hará una gran marcha donde se van a concentrar todos los gremios, organizaciones, colectivos en la Plaza 2 de mayo. (…) la concentración será a las 2 p.m. y el punto de partida a las 3 p.m., luego llegaremos al Palacio de Justicia, donde se llevarán a cabo actividades culturales y terminará con una vigilia de todos los familiares que vienen de las diferentes regiones”, agregó.

No han recibido apoyo de la CGTP

En otro momento, se refirió al presidente de la Asociación de Movimientos Regionales del Perú y excandidato a gobernador regional de Madre de Dios, Freddy Vracko Metzger, afirmando que este solo habría buscado ganar protagonismo para posteriormente inclinarse a partidos políticos.

“El presidente de los movimientos regionales (…) el señor (Freddy) Vracko, justamente lo que está buscando es ganar protagonismo y negociar (…) ya se inclinaron a los partidos políticos. Ya consiguieron su objetivo y no tienen representatividad”, sostuvo.

Finalmente, aclaró que la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) tampoco los apoyó en este propósito: “(¿La CGTP los apoyó en algún momento?) En ningún momento, ninguna organización nos ha apoyado”.

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Harvey Colchado presentó demanda por difamación contra exministros del Interior Remigio Hernani y Fernando Rospigliosi

Asimismo, el exjefe de la Diviac, también querelló al fujimorista Omar Suriel Chacón Huamán. Las denuncias fueron interpuestas en el Décimo Tercer Juzgado Penal Unipersonal Sede Central y solicitan penas privativas de libertad y reparaciones civiles costosas.

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El exjefe de la Diviac, Harvey Colchado quiere limpiar su honor y ha presentado tres querellas por difamación agravada contra los exministros del Interior Remigio Hernani, y Fernando Rospigliosi (actual congresista de Fuerza Popular). Asimismo, interpuso querella contra el fujimorista Omar Suriel Chacón Huamán. Las denuncias fueron interpuestas en el Décimo Tercer Juzgado Penal Unipersonal Sede Central y solicitan penas privativas de libertad y reparaciones civiles onerosas.

En el caso del general de la Policía en retiro y exministro del Interior del segundo gobierno aprista, Remigio Hernani, Colchado solicitó una pena privativa de libertad de un año y ocho meses, junto con la imposición de 180 días multa, alegando la comisión del delito de difamación agravada.

Querella presentada contra Remigio Hernani.

Por su parte, el exministro del Interior del gobierno de Alejandro Toledo, Fernando Rospigliosi enfrenta una querella similar, en la cual se pide una reparación civil de un millón ochocientos mil soles por el mismo delito de difamación agravada.

Colchado argumenta que el parlamentario fujimorista se ha presentado en los medios de comunicación para brindar declaraciones que afectan gravemente su honor y reputación.

Querella presentada contra Fernando Rospigliosi.

Finalmente, Omar Suriel Chacón ha sido acusado de difamación agravada con una solicitud de pena privativa de la libertad que oscila entre un año y ocho meses a dos años y cuatro meses.

Como se recuerda, en agosto de 2021, denunciaron ante la Fiscalía a los promotores de la campaña fujimorista “Chapa tu caviar” y según el abogado de IDL, Paulo César Chávez, también identificaron al fujimorista Omar Suriel Chacón Huamán, quien desde sus redes sociales ofreció sus cuentas bancarias y de Yape para financiar la campaña “Chapa tu caviar”.

“Hola, mi gente cazadora. Gracias a ti, el equipo de El Cazador de Caviares sigue siendo libre e independiente. No olvides que necesita tu apoyo una vez al mes. ¿Ya yapeaste este mes de junio?”, escribió en esa época Omar Chacón, quien se identificaba como Suriel Chacón.

“Lo que se busca con las denuncias es evitar que se cometan abusos en perjuicio de las personas mencionadas por la campaña y se deje de publicar los datos de los agraviados”, indicó en aquel tiempo el abogado Paulo César Chávez.

Querella presentada contra Omar Suriel Chacón.

Colchado exige una reparación civil de un millón de soles. En este caso, Chacón Huamán es acusado de afirmar que Colchado pertenece a una presunta organización criminal dentro de la División de Investigación de Delitos de Alta Complejidad (DIVIAC).

Harvey Colchado nombró al Dr. Elin Calixto Ayala como su abogado en estos casos, quien se encargará de llevar adelante las querellas presentadas. Los documentos y pruebas han sido entregados y se espera una respuesta del juzgado en los próximos días.

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Consultoras de ministro Santiváñez mantienen deudas coactivas de casi medio millón de soles con la Sunat

Estudios jurídicos del ministro del Interior Juan José Santivañez deben al Estado cientos de miles de soles. Asimismo, él registra deudas coactivas con la Sunat desde el 2009. Al respecto, el excongresista Richard Arce afirma: “Es imposible que continúe, él defendía delincuentes. Este sujeto fue puesto simplemente para tumbarse a la Diviac”.

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Se ha revelado que el ministro del Interior Juan José Santiváñez, quien ya lleva poco más de dos meses en el cargo, registra a título personal más de S/116 mil soles de deuda coactiva por no pagar impuestos. La deuda está vigente desde junio del 2022, cuando se inició la cobranza coactiva, según el portal de la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT).

Estudios jurídicos de Santivañez cobraban honorarios y omitían pagar impuestos

Pero hay más. Consultoras legales constituidas por Juan José Santiváñez también le deben al Estado. La suma asciende a más de S/330 mil soles, de los cuales S/311 mil soles corresponden a deuda tributaria y S/22 mil soles a abonos no entregados a Essalud. En total, más de medio millón de soles impagos.

Santiváñez & Molina Abogados Consultores S.A.C., fundada en el 2017 por el actual ministro del Interior, registra S/160 mil soles en deudas coactivas con la Sunat y Essalud. En junio del 2021, el ente recaudador empezó, sin éxito, un proceso de cobranza coactiva que no ha sido honrado hasta hoy. En tanto, SM Consultores Legales S.A.C. le debe al Estado cerca de S/90 mil soles, desde el 2023. Más de S/79 mil soles corresponden a tributos impagos y S/10 mil soles a deudas con el Seguro Social. La compañía fue fundada en el 2021 por Santiváñez, quien posee 917 acciones de la empresa.

En el caso de Prodemocracia Internacional Management & Consulting S.A.C., hoy de baja, mantiene desde hace 15 años una deuda con el Estado por S/45 mil 400 soles. Fue constituida en el 2003 y Santiváñez renunció a la gerencia general de esta compañía en el 2022. Asimismo, Santiváñez Antúnez Abogados Asociados S.A.C. tiene deudas pendientes por S/29 mil soles a Essalud y a la Sunat, desde el 2012 y 2013. La empresa ya no registra operaciones, pero la cobranza coactiva sigue vigente. Finalmente, la quinta empresa, que lleva el nombre completo del actual ministro, Juan José Santiváñez Antúnez Abogados & Consultores S.A.C., también presenta una deuda tributaria impaga por S/8 mil 750 soles, que corresponde al año 2017.

Richard Arce sobre Juan José Santiváñez: “¿Cómo es posible que haya un ministro deudor tributario?”

El excongresista Richard Arce cuestionó al ministro del Interior, Juan José Santiváñez, por mantener deudas por casi medio millón de soles con el Estado, a través de  sus consultoras legales.

“Es imposible que continúe. Él defendía delincuentes y un delincuente está a punto de ser extraditado por la Policía. Un delincuente que cometía crímenes execrables y que el día de hoy el ministro del Interior que defendía a ese delincuente, está encargado de perseguir el delito, de perseguir a los delincuentes y ahora este tema tributario.

Lo que veo es básicamente de su labor profesional de abogado. Yo pensaba que tenía empresas productivas industriales, y a veces se puede entender que estás haciendo la inversión para poder recuperar. Pero cuando eres abogado, tú brindas tu servicio justamente a esos delincuentes y tienen que pagarte, tú tienes que girar tus recibos por honorarios y tus facturas. Entonces él recibía la plata, y lo que corresponde es pagar impuestos. Cada año en el mes de marzo, ahora fue en mayo pagamos nuestro impuesto a la renta. Y si no lo puedes pagar, el Estado te da la opción de poder pagarlo y fraccionarlo.

Cómo puede ser posible que haya un ministro de Estado deudor tributario, pero no por una… es una retahíla de situaciones que lo deja muy mal parado. La hipótesis, con eso se confirma, este sujeto fue puesto simplemente para tumbarse a la Diviac. Necesitaban sacar a la Policía que se estaba encargando de hacer el trabajo para investigar justamente a los corruptos en el poder”, concluyó el exlegislador.     

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Gobierno observa nueva Ley del Cine invocando una mayor “reflexión y una “revisión exhaustiva” [VIDEO]

Denominada ‘Ley Tudela’ volverá nuevamente a debate en el Congreso.

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El Poder Ejecutivo observó la autografía de la ‘Ley del Cine’, aprobada por el Congreso en junio de este año. La propuesta que plantea incentivos económicos y fiscales ha sido acusada de no garantizar la distribución imparcial de estos. 

En el oficio enviado al presidente del Palacio Legislativo, Alejandro Soto Reyes, el Gobierno de Dina Boluarte emitió una serie de observaciones de la iniciativa legislativa conocida como la ‘Ley Tudela’. Las objeciones engloban el otorgamiento de beneficios tributarios e incumplimiento de reglas fiscales, así como estímulos a la actividad cinematográfica y audiovisual que ya existirían. 

Por otra parte, también indican que la legislación del impuesto a la renta ya permite la deducción de gastos a raíz de donaciones. En ese sentido aclara que la propuesta no contempla que la “deducción de donaciones realizadas a empresas”.

“La autógrafa no reconoce la importancia de la especialización de la materia para garantizar el otorgamiento de estímulos de manera autónoma e imparcial. (…) La autógrafa no reconoce que la entrega de estímulos a la industria cinematográfica genera réditos a la economía local, regional y nacional. (…) La autógrafa no considera la institucionalidad que debe guardar la identificación, rescate, catalogación, conservación, digitalización, masterización, promoción, acceso e investigación de la herencia audiovisual”, señala el documento

fuente: 24 horas.

Mincul se pronuncia sobre límites a cineastas peruanos que viven fuera del país

Al respecto, la titular del Ministerio de Cultura (Mincul), Leslie Urteaga, indicó que no se podía aplicar límites para que los cineastas peruanos que residen en el exterior no puedan postular, cuando se necesita democratización de los concursos. También habló sobre la Comisión Fílmica, sobre la cual dijo que se debería respetar las competencias, teniendo en cuenta que el sector Cultura es el ente rector en la materia.

Asimismo, dijo que los contenidos que se promueven, están en acorde al marco legal constitucional, respetando la libertad artística y creativa. Por lo que se hizo una precisión al estar todo dentro de la ley. Además, pidió impulsar un mercado positivo para el cine peruano, cine de mujeres y el cine indígena. Por lo que no puede haber diferencias en el financiamiento.

“Tal vez, la ley que tenemos no sea perfecta, pero es necesario inyectar recursos. Hay mucha gente que trabaja en la realización, producción y las comunidades se benefician con todo este proceso. Por eso, esperamos que se tomen las recomendaciones para dicha ley y que beneficie al país”, sentenció.

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Fiscalía pide información sobre viaje de Patricia Benavides a Chile

A pesar que existe un requerimiento de impedimento de salida del país por 36 meses del Juzgado Supremo de Investigación Preparatoria, Patricia Benavides viajó a Chile y la fiscal Delia Espinoza ha solicitado documentación y evidencias sobre el lugar de residencia durante su estancia en el país sureño.

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La titular de la Fiscalía Suprema Especializada en Delitos Cometidos por Funcionarios Públicos, fiscal suprema Delia Espinoza Valenzuela, ha emitido un comunicado sobre el viaje al extranjero de la investigada por presunta “organización criminal”, Liz Patricia Benavides Vargas. De acuerdo a información fiscal, el abogado de Benavides Vargas presentó un pasaje aéreo para un viaje familiar a Santiago de Chile, con salida: miércoles 24 de julio a las 11:55 a.m. y con fechas de estadía, del 24 al 28 de julio.

Ante dicha salida, la fiscalía tomó una serie de medidas para asegurar el cumplimiento de las leyes vigentes. En ese sentido, requieren a Patricia Benavides y a su defensa que proporcionen documentación veraz sobre el lugar de residencia en Chile durante el tiempo que dure el viaje. Asimismo, han solicitado información a la Superintendencia Nacional de Migraciones sobre el movimiento migratorio de la investigada exfiscal y también se ha oficiado información a la línea aérea Latam para obtener detalles sobre la compra de los pasajes.

Hay que mencionar que aún existe un requerimiento de impedimento de salida del país contra Benavides Vargas desde el 23 de abril de 2024, emitido por el Juzgado Supremo de Investigación Preparatoria. Esa esa línea, la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema ha declarado fundado el recurso de apelación presentado por la fiscalía, anulando una resolución previa que había declarado infundado el requerimiento y ordenando una nueva audiencia de impedimento de salida.

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Actividades por Fiestas Patrias en el Centro de Lima

Eventos en la Plaza Mayor empiezan este viernes 26.

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Desde tempranas horas de hoy en la ciudad de Lima se respira un aire de sosiego y tranquilidad. Algunos afortunados incluso ya salieron de la capital para pasar este feriado largo haciendo turismo en la alguna ciudad del interior o para reencontrarse con sus seres queridos. Sin embargo, para los que no tienen esa chance existen una serie de eventos programados en el Centro de Lima.

Es así que este viernes 26 y sábado 27 de julio, la Plaza Mayor de Lima será el epicentro de una serie de actividades gratuitas en conmemoración del 203 aniversario de la independencia del Perú y el Día del Pisco. Organizadas por la Gerencia de Desarrollo Económico de la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML), estas actividades ofrecerán una oportunidad para disfrutar y conocer más sobre la historia de la ciudad.

Las actividades comenzarán el viernes 26 de julio a las 5 p.m. con el recorrido turístico “Monumentos a los Libertadores”, el cual partirá desde el Parque Universitario. Durante este recorrido nocturno por el Centro Histórico de Lima, los asistentes podrán visitar calles, casonas e iglesias iluminadas mientras escuchan historias y leyendas que forman parte del patrimonio cultural de la ciudad.

El sábado 27 de julio, a partir de las 10 a.m., las festividades continuarán con una visita especial a la Casa Museo de Miguel Grau, en honor al natalicio del héroe nacional. Este recorrido partirá desde la Oficina de Información Turística de Lima y permitirá a los visitantes conocer detalles sobre la vida de Grau y presenciar el cambio de guardia en el Palacio de Gobierno.

Desde el mediodía, la Plaza Mayor se transformará en una feria gastronómica, ofreciendo a los asistentes la oportunidad de degustar platos típicos peruanos como pachamanca, sopa seca, arroz con pato, anticuchos, causa, picarones, mazamorra morada, arroz con leche y champús.

Día del Pisco

El sábado 27 de julio también marcará el inicio de las celebraciones por el Día Nacional del Pisco. Desde las 5 p.m., se distribuirán gratuitamente más de 4000 vasos de pisco en el Damero de Pizarro, congregando a vecinos y turistas para celebrar esta bebida emblemática del Perú. Simultáneamente, habrá presentaciones de grupos musicales, danzas folclóricas, proyecciones audiovisuales y otras atracciones familiares.

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Cadetes y comandos oficiales de China desfilarán en la Gran Parada Militar

¿Los chinos están colonizando al Perú? Primero fueron las megaempresas de China que han monopolizando el mercado de hidrocarburos y la electricidad, luego los ‘hubs’ y ahora seremos testigos de la presencia de cadetes y oficiales de las escuelas militares chinas en el tradicional desfile patriótico nacional.

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La presidenta Dina Boluarte invitó a una delegación china para que participe en el evento militar tradicional. El Ministerio de Defensa (Mindef) confirmó que la delegación de China participará en la Gran Parada Militar y Desfile Cívico Militar 2024, a realizarse el próximo lunes 29 de julio en la tradicional avenida Brasil. La repentina inclusión de militares chinos marca un cambio significativo en el evento oficial, que por tradición usualmente ha contado con la presencia de delegaciones militares de países de América Latina, como Chile, Argentina, Brasil y Colombia. Esta vez las calles de Lima, verán a la delegación china.

Este grupo estará conformado por cadetes, oficiales y comandos de las escuelas militares de la nación asiática. Según la agencia estatal, la invitación fue enviada a inicios de este 2024. Cada delegación está conformada por 12 personas, aproximadamente.

La presidenta Dina Boluarte le rinde tributo a los capitales chinos.  Crédito REUTERS.

El desfile que se celebra desde 1960 contará con 6 mil participantes y se extenderá por casi tres horas. Las unidades históricas como la Legión Peruana de la Guardia, tendrán nuevas posiciones en el desfile. Además, habrá una variación en el programa militar, que incluirá nuevas agrupaciones y modificaciones en el orden tradicional de aparición. En tanto, anuncian que este enfoque busca resaltar tanto el patrimonio nacional, como la “creciente relación con aliados internacionales”.

“Por ejemplo, las unidades históricas tradicionalmente desfilaban juntas, en un agrupamiento. Vale decir la Legión Peruana de la Guardia, la Compañía Fanning de la Marina de Guerra y la compañía histórica de la Fuerza Aérea del Perú, la cuadrilla número 72. Pero este año, la Legión Peruana de la Guardia encabezará uno de los primeros agrupamientos de la parte militar del desfile”, precisaron desde el Ministerio de Defensa.

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Indecopi impone millonaria multa a Alianza Lima por apagón ocurrido en final contra Universitario

Club íntimo expuso a un “riesgo injustificado” a los asistentes a final del año pasado.

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Les apagaron la sonrisa. Una ‘palomillada’ que más allá de quedar bien ante el mundo lo que está dejando solamente es una larga fila de sanciones administrativas y económicas.

El club Alianza Lima ha sido sancionado en primera instancia por Indecopi por dos infracciones durante la final de la Liga 1 2023 que se disputó en el estadio Alejandro Villanueva. La Comisión de Protección al Consumidor N° 2 impuso a la institución de La Victoria una multa de 588.36 UIT, equivalentes a S/. 3.030.054 (tres millones treinta mil cincuenta y cuatro soles), por apagar las luces del recinto.

De acuerdo con la resolución N° 1472-2024/CC2, emitida el 17 de julio de 2024, el organismo estatal desestimó los argumentos del club ‘blanquiazul’. Alianza Lima defendió que la decisión de apagar las luces se tomó para garantizar la seguridad de los espectadores, pero esta justificación no fue aceptada por Indecopi, resultando en una multa de 450 UIT o S/. 2 millones 70 mil soles por este incidente en particular. Según la normativa vigente, estas acciones son consideradas graves por comprometer la seguridad y el bienestar de los asistentes al evento deportivo.

“La acción de apagar las luces artificiales que iluminaban el campo de juego y tribunas al concluir el evento deportivo, lejos de construir una medida de protección para los espectadores a efectos de garantizar su seguridad, los expuso a un riesgo injustificado para su salud y la seguridad de sus bienes”, indica el escrito.

Asimismo, por el ingreso de las bengalas al recinto, el club recibió otra multa de 138.36 UIT, correspondiente a otros 712 mil 554: “No tomó las acciones pertinentes para evitar que se ingresen bengalas al Estadio Alejandro Villanueva y sean lanzadas al campo de juego, exponiéndose así la salud de los espectadores a un riesgo injustificado”, añadieron.

En adición, se ordenó a Alianza Lima brindar una capacitación a sus trabajadores, en la cual se les concientice respecto a las medidas de seguridad que deben tomar cuando organicen un evento deportivo:

“ORDENAR al Club Alianza Lima como medida correctiva complementaria que, en un plazo no mayor a quince (15) días hábiles, contado a partir del día siguiente de notificada la presente Resolución, cumpla con brindar una capacitación a su personal, dependiente y/o contratado a fin de que tomen conciencia respecto a las medidas de seguridad que se deben adoptar en los eventos deportivos de los cuales son organizadores”.

El dato:

El equipo victoriano cuenta con 15 días hábiles para apelar dicha sanción. De ser así, el caso sería revisado por la Sala Especializada en Protección al Consumidor, en segunda y última instancia administrativa del Indecopi.

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