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MI ANTIGUA, COCHAMBROSA Y LEAL MÁQUINA DE ESCRIBIR

Mi primera máquina de escribir fue una vieja y destartalada Olivetti Lettera 32, de uso multifamiliar, así que había que “programarse” y esperar el momento indicado para darle a las teclas. A mí me tocaba por las noches, mejor dicho, no tenía turno y la usaba cuando todos se iban a dormir, ya que mis hermanos, tíos y primos mayores tenían prioridad para hacer sus asignaciones o sus investigaciones de la universidad u otros, como rellenar facturas o hacer el currículum vítae para buscar trabajo, que eran de suma importancia, pues eran los “maravillosos” años ochenta y cundían los paquetazos, el desempleo, el hambre y la miseria, y el demonio Alan había desatado las siete plagas por estos lares; así que el asunto se complicaba más y más, y, aunque nadie lo decía, la máquina de escribir era algo así como un lujo. No todos contaban con uno de estos aparatos en casa, y, a veces, había que pedirlo prestado al vecino, quien, con mucha desconfianza, te advertía que te-la-estaba-entregando-en-perfectas-condiciones y quería que la devolvieras tal cual.
Recuerdo que, en el parque Universitario y alrededores del exMinisterio de Educación (hoy Poder Judicial), en la avenida Abancay, abundaban los dactilógrafos –unos señores de terno y corbata, peinado con gomina y maletincito ornamental–, quienes, sobre un pequeño soporte en mesas plegables, te redactaban cualquier cosa, incluidos cartas de amor, recibos, embargos, herencias y hasta declaraciones de crímenes, con asesoría legal y en el otrora “papel membretado”, ese viejo papel grueso y amarillento que algún pendejerete había inventado para exprimir al populorum. No me cansaba de verlos mecanografiar rápidamente con las manos-arañas subiendo y bajando por el blanco papel. A veces, junto a otros amigos del colegio, nos escapábamos para apreciar de lejos a toda esa retahíla de secretarios y tinterillos que garrapateaban de pie, como si fueran seguidores de Alejo Carpentier o de Ernest Hemingway, quien, según dicen, escribía así porque tenía dolores de espalda por culpa de una antigua bala que le había caído en el lomo en sus tiempos de corresponsal de guerra; así que algo de héroes debían tener esos viejos escribidores de a pie.
En mi caso, usar la máquina de escribir era una pretensión con aires exhibicionistas, ya que apenas usaba dos dedos: el índice de cada mano, y me demoraba más de una hora en escribir una sola página. Por aquella época, me matriculé en el desaparecido Instituto Peruano-Latinoamericano del jirón Moquegua, en un cursillo de “Mecanografía en un mes”. Yo tenía 12 años recién cumplidos, y ahí estaba, orondo, con otras personas mayores, en su mayoría taquígrafos, secretarias inexpertas o amas de casa con deseos de superación, aprendiendo el viejo truco de las teclas centrales: asdfg/ñlkjh y las teclas superiores: qwert/poiuy e inferiores: zxcvb/.,mnb. Me daban mucha gracia esas máquinas gigantescas que parecían piezas de algún ferrocarril o armatostes de artillería a punto de disparar y cuyo rodillo había que moverlo con las dos manos, y ni qué decir del timbre, que sonaba como la campana de los cuadriláteros de box.
Recuerdo que, en mi rápido aprendizaje, rellené cientos de páginas de ejercicios y prácticas calificadas sobre teclados que no tenían letras, o a ciegas, tanteando en lo que en ese momento me parecía un imposible. La profesora, una mujer obesa y muy exigente, nos ponía vendas en los ojos para aprender a escribir “al tacto” y, a veces, en el colmo de la crueldad y la severidad, cambiaba las posiciones de las letras con stickers, debido a lo cual había que guiarse por lo ya establecido y demostrar que en verdad conocíamos el teclado a la perfección. Todavía tengo la imagen del examen final, que consistió en un dictado de palabras en inglés o frases estudiadas que exigían todos los dedos de las manos; pero lo que más me sorprendió fue que la última prueba se realizó a oscuras, en las tinieblas de Pensilvania, supuestamente para que nadie pudiera plagiar o “hacerse el vivo”.
Como sea, en menos de un mes, por arte de magia o del birlibirloque, me convertí en un excelente mecanógrafo, con un cartón del Ministerio de Educación, sellado y firmado, bajo el brazo; un insuperable récord de 90 palabras por minuto y limpia digitación al tacto. Y ese fue mi primer trabajo al destajo. Ahí, en la mesa del comedor, funcionaba mi “oficina”, y acudían a mí casi todos los necesitados y ágrafos vecinos del edificio “San Luis”, donde vivía en ese tiempo, a unas cuadras de la Facultad de Medicina de la San Fernando y de la recordada ANEA, la Asociación Nacional de Escritores y Artistas, que era mi estación de parada para beber de “la fuente de la sabiduría” cuando acudía a la Academia Latinoamericana o caminaba por el Jirón de la Unión para ver de lejos a los mecanógrafos ambulantes o a esos artistas borrachos que se reunían en el centro de Lima, respecto de los que mi madre me advertía, con amenazas, que jamás hablara con ellos.
II
Muchos años después, habiendo escrito mi primer libro, a puño y letra, y estudiando en tres universidades a la vez (porque el futuro era incierto y había que agarrarse de cualquier cosa para no seguir cayendo), me encontré, de un momento a otro, sin máquina de escribir. Recuerdo que mi madre perdió su empresa familiar, y los bancos se llevaron sus aparatos molineros y amasadores de su fabulosa y combatiente panadería, que brindaba labor social y panes gratis a cientos de personas. La bendita y despatarrada Olivetti no fue la excepción en esta afrenta y fue secuestrada y sacada a viva fuerza de mi proletarier hogar. Ya era fines de los ochenta, los tiempos no habían cambiado mucho, como recordarán, y, después del demonio Alan, vino míster satán Fuji, así que de mal pasamos a peor. Sin máquina y sin fortuna, buscando un camino a lo Easy Rider, lo que me quedaba era aferrarme al papel y al lapicero, escribir en letra menuda e intentar por ahí, como sea, comprar una nueva máquina de escribir.
En ese entonces, el cachuelo era una profesión, e hice de mil oficios, pero eso no era lo grave: quizás uno de los trabajos más difíciles que tuve fue en la fábrica de ropa La Paloma, ubicada en la cuadra cuatro de Malecón Checa, en Zárate, adonde llegaba a las siete de la mañana y salía a las diez de la noche. Mi labor ahí consistía en planchar gigantescas rumas de polos y camisas, dizque para la exportación, pero mi mente siempre estaba en otro lado y no dejaba de pensar en que de repente ese trabajo me podría brindar nuevamente el placer de poder digitar en una máquina de escribir y un tiempo libre para escribir la deseada “obra”.
Así, entre el vapor que salía de la monstruosa plancha rectangular, yo visionaba mi lustrosa y brillante máquina de escribir e imaginaba los versos, cuentos y novelas que saldrían de ahí, y yo recostado en la palmera de un lugar paradisiaco, aspirando con un sorbete el sumun de una piña colada. Soñar no costaba nada, solo romperse el alma y, claro, mis reprimidos sentimientos de culpa, ya que mi familia había quedado prácticamente en la precariedad y yo egoístamente ansiaba comprarme un aparato para ver mis palabras escritas en letras de molde. Lo cierto es que, contra todo pronóstico y por un masoquismo clínico, duré casi un año en ese bendito “trabajo”, del cual me botaron porque me descubrieron escribiendo en el baño un poemario que avanzaba a duras penas, y en el que anotaba la vida nefasta de los obreros textiles. La confección del mal se llamaba el libro baudeleriano que me dejó sin empleo, pero con ciertos ahorros que bien utilizaría.
Por esos años, el poeta Tomás Ruiz había ganado un premio literario en un periódico de izquierda, lo que le valió la cárcel y un largo proceso, que no podría enfrentar en esas épocas de jueces con pasamontañas y de justicias ciegas e inmorales. De esta forma, Tomás, indocumentado y sin un centavo en los bolsillos, se vino a Lima, huyendo de sus captores y de las amenazas de muerte que como una espada de Damocles pendían sobre su cabeza, fue a parar a mi casa. Fue él quien, con sus sabios consejos, su vida asceta de total desapego y sus creencias panteístas, me animó a comprarme una máquina de escribir en la Tacora de Lima.
No obstante, el asunto se volvía a complicar, porque me había dado cuenta de que, dentro de mi soberbia y para mi necesidad escritural (largos párrafos que excedían los sesenta golpes, textos versiculares, encabalgamiento intertextual, citas y llamadas, etc.) lo mejor era conseguir una máquina con los tipos pequeños y carril ancho, y que los interespaciados sean juntos para aprovechar toda la hoja, tanto hacia arriba, abajo como a los costados. La búsqueda no sería fácil. No había mapa del tesoro. Sin embargo, encontraríamos, sea como sea, la aguja en el pajar.
Así que, como pésimos imitadores de Dante y Virgilio, o, mejor, como dos espíritus arrojados al Taigeto, nos aventuramos en una excursión a la misma Parada de Lima, donde la vida no vale nada y en el que supuestamente encontraríamos el objeto deseado. Recuerdo que, durante varios días, nos metimos por algunas callecitas repletas de tricicleros y viejos vendedores de baratijas, buscando, nosotros, entre todo ese pandemónium, alguna máquina de escribir que nos pudiera servir para transformar nuestros borradores en textos decentes o, por lo menos, presentables para la sociedad y para los amigos, que eran, en esos tiempos, nuestros únicos y críticos lectores.
Rememoro, claramente, la calle García Naranjo, el lugar exacto al costado de un basural, cuando, cierto día de invierno, divisamos una máquina de escribir viejísima, que cumplía, a duras penas, con los requisitos indispensables, pero le faltaba una tecla, y el carril estaba trabado y con herrumbre, ante lo cual imaginamos que, con un poco de aceite y otro tanto de buena voluntad, podría servirnos para ponernos a teclear como quien toca un piano o acaricia la espalda de una mujer.
Así pasé todo un verano, turnándome esta vez con el prófugo poeta Tomás Ruiz, escribiendo carillas tras carillas y reemplazando la letra que faltaba con lapicero. No había de otra. Solo había que adaptarse y seguir el camino trazado. Ya vendrían tiempos de bonanza.
III
Unos años después de viajar por todos lados con mis poemas en una mochila −todavía no existían las prácticas memorias USB−, aterricé en Surquillo-Lima en la casa de la chilena Ruth, representante editorial y vendedora de libros, que me ofreció asilo y una máquina de escribir aceitada, en buen estado y con su tapa y cobertor, que, por cuestiones del destino, compartiría, esta vez, con mi viejo amigo, el poeta Josemári Recalde. Fueron buenas épocas, por varios motivos, pero principalmente porque sabía perfectamente cómo funcionaban las “alternancias” y podía optar por los turnos diurnos y vespertinos sin molestar a nadie. Josemári era un ser totalmente nocturno, así que entre los dos cogíamos esa maquinita prostibularia que no descansaba ni de día ni de noche, y le dábamos duro a las teclas (“como Pound y Yeats”, diría Josemári riéndose a carcajadas). Y puedo dar fe de que ahí, en el “suollorqui” nocturno, entre luna y luna, se escribieron muchos de los poemas que conformarían su único y primer poemario, titulado antagónicamente: El libro del sol.
Después de tantos años de escribir a máquina y en analógico, me atrevería a decir que no existe mayor placer que mecanografiar directamente sobre el papel: la ceremonia y el rictus que se hacía cuando se cometía un error, y el uso del borradex o el borrador (ese artículo escatológico de goma, mitad rojo y mitad azul, a lo Stendhal), para seguir insistiendo en el papel. Incluso hoy, que digito sobre una notebook, puedo decir que la nostalgia por la máquina de escribir me acompaña. Nada es igual. Y, no sé, exactamente, si todo tiempo pasado fue mejor, pero siempre tengo la sensación de que se podía pulsar la máquina de escribir al ritmo musical del corazón, como si fuera otro corazón.
Tal vez, quizás por eso, una de las primeras máquinas de escribir se llamó “El címbalo escribiente” −de Giuseppe Ravizza, patentado en 1856−. Y alguna vez los teclados se hicieron como los de un pianoforte en colores blanco y negro. Pero, como dice la canción, “Todo tiene su final”, y la última máquina de escribir, destinada a un museo, fue fabricada por la empresa Brothers en noviembre de 2012, y se extinguió para siempre, al lado del estilógrafo rupestre de Sartre y de la pluma de ganso de Voltaire. (¿Dónde iría a parar la haceletras Olympia de Paul Auster?). Aquí valdría la “cita citable” de Orson Welles: “Lo peor es cuando has terminado un capítulo y la máquina de escribir no aplaude”.
Por cierto, Tomás Ruiz falleció unos años después de retornar a su tierra natal, Piura; dejó a dos hijos, a una bella esposa y toda una gran carrera de editor. Josemári Recalde decidió adelantar su viaje al Sol y prendió fuego a sus mejores textos, que pude leer un día antes de su suicidio, en su casa de Jesús María. El bendito texto que logré terminar con esa máquina desdentada que compré en Tacora, La confección del mal, se perdió para siempre en una de mis tantas mudanzas. Y mi madre sigue diciendo que me aleje de mis amigos los artistas, a quienes sigue llamando peyorativamente “locos y enfermos”. Lo poco que conservo de toda esta experiencia con y por la máquina de escribir son algunas hojas de práctica de aquella robusta y refunfuñante profesora que gritaba con las luces apagadas y que nos regañaba por no usar todos los dedos de la mano. Y las guardo por dos motivos: porque siempre serán parte de la experiencia necesaria y porque, en la parte trasera de las hojas, escribí decenas de poemas y trazos de un viejo diario (como este artículo) que espero, algún día, publicar en formato libro con los tipos de la Olivetti Lettera 32.
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Minedu separa a más de 1000 docentes y administrativos por violación, terrorismo y otros delitos
Medida forma parte de la estrategia Escuelas Seguras, impulsada por el Gobierno para garantizar entornos escolares libres de violencia.

En el marco de las acciones orientadas a garantizar espacios seguros para los estudiantes, el Ministerio de Educación (Minedu) separó, entre el 1 de abril de 2024 y el 19 de junio de 2025, a 1031 personas (889 docentes y 142 trabajadores administrativos) que tienen condenas o procesos en curso por delitos como violación a la libertad sexual, terrorismo, homicidio, feminicidio, parricidio, entre otros. Estas personas ejercían funciones en 897 instituciones educativas públicas y 134 privadas en todo el país.
Del total, 163 personas con sentencia firme del Poder Judicial fueron separadas definitivamente del sistema educativo. Asimismo, 868 personas con procesos judiciales vigentes fueron separadas de manera preventiva, conforme a la normativa vigente.
El delito con mayor número de implicados corresponde a violación a la libertad sexual, con 868 personas (755 docentes y 113 administrativos). Le siguen los delitos de terrorismo y apología del terrorismo, con 80 personas (67 docentes y 13 administrativos), y el tráfico ilícito de drogas, con 22 personas (18 docentes y 4 administrativos).
“El Minedu trabaja de manera permanente para identificar y retirar del sistema educativo a quienes representen un riesgo para nuestros estudiantes. Nuestro compromiso es claro: las escuelas deben ser espacios seguros y protegidos”, afirmó el ministro de Educación, Morgan Quero.

La estrategia Escuelas Seguras es una prioridad del Gobierno de la presidenta de la república, Dina Boluarte, para garantizar aulas libres de violencia y asegurar la integridad de nuestros niños, niñas y jóvenes. Por ello, desde el primero de enero a la fecha se ha separado a más de 1819 docentes y personal administrativo con sentencia firme o procesos judiciales abiertos por delitos graves, como violencia sexual, homicidio y terrorismo, consolidando así una política firme y sostenida de protección a los estudiantes.
Adicionalmente, el Minedu mantiene bloqueados en el Sistema de Administración de Plazas a más de 2000 docentes denunciados por presuntas faltas muy graves, como violación sexual y terrorismo. Esta medida impide su contratación o nombramiento en instituciones educativas del país, como parte del compromiso del sector con la seguridad e integridad de los escolares.
Estas acciones se desarrollan en cumplimiento de la Ley 29988, que establece medidas extraordinarias para separar del servicio a personal docente y administrativo implicado en delitos de terrorismo, violación sexual y tráfico ilícito de drogas en instituciones educativas públicas y privadas.
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Guerra entre hermanos: Arturo y Carlos Álvarez se lanzan ‘puyazos’ por su progenitor
Arturo no le perdonaría que su hermano haya difundido un informe psiquiátrico sin su autorización, acusándolo de ser un “trome” para la imitación: “Es hora de quitarle la careta”.

Álvarez contra Álvarez. En pantallas todo es risa y espectáculo, pero apagadas las luces los hermanos Arturo (54) y Carlos Álvarez (61) no pueden verse frente a frente por unas recientes declaraciones del candidato a la presidencia de la República, quien dejó muy mal parado al progenitor de ambos, calificándolo como un “lastre” y resaltando sus problemas con el alcoholismo durante toda su vida.
Ante ello, Arturo, comediante e imitador al igual que su hermano, salió en defensa de su padre fallecido, acusando a su hermano que en realidad todos los actos que viene realizando, supuestamente benéficos, tienen un trasfondo calculador, dirigidos para mejorar su imagen en campaña. “Mi hermano ayuda mucho a los niños, no sé si para tener réditos o lo hace de corazón”, indicó.
Mientras que Arturo ha decidido mantenerse en el mundo del espectáculo y la comedia, su hermano Carlos durante los últimos meses viene probando suerte en la política, anunciando su candidatura presidencial. Al respecto, Arturo viene mostrando su desacuerdo con la idea de que la gente vote por su hermano solo porque es un gran artista, sin considerar su esfera privada, la misma que viene siendo revelada por su propio pariente.
“Muchos lamentablemente votan porque como es un gran artista debe ser presidente, entonces disculpa, yo tengo amigas, entonces mi amiga la Pánfila va a ser ministra”, expresó Arturo con ironía.

La situación ha pasado de ser un mero conflicto familiar a una disputa judicial cuando se supo que Carlos le habría entregado un informe psiquiátrico de su hermano a un programa de farándula, con la intención de desacreditarlo.
“Es un golpe bajo y un delito que mi abogado va a tomar cartas en el asunto. Me duele porque lo hace gente de su campaña. Pero si él está jefaturando esto, él debe dar el visto bueno a eso (…) No es malo. Creo que estamos en una sociedad enferma. Lo malo sería no acudir estando mal”, indicó.
“Más que en contra mía, está en contra de todo lo que le impida llegar al poder. Carlos es un trome en la imitación, entonces mucho ojo, oiga con lo que voy a decir. Es muy trome, pero es hora de quitarle la careta”, advirtió Arturo sobre su propio hermano, deslizando la idea de que efectivamente todo se trataría de una enorme puesta en escena para ganarse el apoyo de los ciudadanos en su postulación.
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Perú al borde del abismo: solo un milagro la mantiene con vida rumbo al Mundial 2026
La blanquirroja en la cuerda floja.

La selección peruana atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia reciente en las Eliminatorias Sudamericanas. Con los resultados de la fecha 16 ya definidos y el empate sin goles ante Ecuador en el Estadio Nacional de Lima el pasado 10 de junio, la Bicolor se encuentra en una situación desesperante que requiere de un verdadero milagro para mantener vivas sus aspiraciones mundialistas. Al 13 de junio de 2025, Perú ocupa la novena posición de la tabla con apenas 12 puntos, producto de dos victorias, seis empates y ocho derrotas en 16 partidos disputados. La diferencia de gol de -11 refleja las dificultades ofensivas que han caracterizado el proceso dirigido por Óscar Ibáñez.
El nuevo panorama sudamericano
El panorama actual de las Eliminatorias Sudamericanas presenta un escenario donde solo Argentina ha asegurado matemáticamente su clasificación al Mundial 2026, liderando la tabla con 35 puntos y una diferencia de gol de +19. Detrás del combinado albiceleste, Ecuador y Brasil están bien posicionados en la tabla, pero aún no han asegurado matemáticamente su pase al mundial tras el empate conseguido en Lima, sumando 25 puntos que los mantienen en los primeros lugares. La nueva realidad del Mundial de 48 equipos ha ampliado las posibilidades para Sudamérica, que ahora cuenta con seis cupos directos más uno adicional para el repechaje intercontinental, una ventaja que paradójicamente no ha beneficiado a Perú debido a su pobre rendimiento.
Paraguay ocupa la quinta posición con 24 puntos, mientras que Uruguay se ubica cuarto con la misma puntuación pero mejor diferencia de gol. Colombia, que empató 1-1 con Argentina en la misma fecha, mantiene 22 puntos en el sexto lugar, cerrando momentáneamente la zona de clasificación directa. Venezuela, con 18 puntos en la séptima posición, controla actualmente el cupo del repechaje, seguida por Bolivia con 17 puntos. La eliminación matemática ya tocó la puerta de Chile, que suma apenas 10 puntos tras su derrota 2-0 ante Bolivia en El Alto, convirtiéndose en el primer país sudamericano prácticamente fuera de la carrera mundialista.
Las casas de apuestas internacionales han ajustado dramáticamente las cuotas relacionadas con las posibilidades peruanas de clasificación, reflejando el pesimismo generalizado tras los últimos resultados. Las probabilidades de clasificación directa de Perú han caído por debajo del 5%, mientras que las opciones de alcanzar el repechaje oscilan entre 15% y 20% según diferentes operadores. Betano, una de las plataformas más populares entre los aficionados peruanos, ha lanzado promociones especiales para atraer nuevos usuarios durante esta fase decisiva de las eliminatorias, ofreciendo bonos de bienvenida atractivos para quienes se registren durante junio. Los interesados pueden acceder a estas ofertas revisando el código promocional Betano términos y condiciones, donde se detallan los requisitos y beneficios disponibles para apostadores primerizos. Estas estimaciones reflejan tanto el rendimiento reciente del equipo como las proyecciones de los modelos estadísticos utilizados por las casas de apuestas.
La ecuación matemática casi imposible
La matemática cruel muestra que Perú necesita una combinación casi perfecta de resultados para mantener vivas sus esperanzas. Con solo dos fechas restantes en las eliminatorias, la selección nacional debe ganar sus dos partidos restantes (ante Uruguay de visita y Paraguay de local). Sin embargo, estos resultados por sí solos no garantizan nada, ya que Venezuela debe tropezar significativamente en sus compromisos pendientes para que Perú pueda desplazarla del séptimo puesto que otorga el repechaje.
El equipo dirigido por Ibáñez ha mostrado cierta solidez defensiva en condición de local, manteniendo la portería en cero en tres de sus últimos cinco partidos en Lima. Pedro Gallese continúa siendo una figura confiable bajo los tres palos, liderando las estadísticas de pases completados entre los arqueros de la competición con 34 intentos exitosos en la última jornada. La dupla defensiva central formada por Carlos Zambrano y Renzo Garcés ha demostrado experiencia y carácter, aunque la falta de gol sigue siendo el talón de Aquiles de un equipo que promedió menos de un tanto por partido durante todo el proceso eliminatorio.
Venezuela, el principal rival directo de Perú en la lucha por el repechaje, afronta sus partidos restantes con la ventaja psicológica de manejar su destino. La Vinotinto recibe a Paraguay y visita a Colombia en sus dos compromisos finales, encuentros donde un triunfo y un empate le garantizarían mantener su posición privilegiada. Bolivia, aunque matemáticamente viva, enfrenta un calendario complejo que incluye visitas a Brasil y Argentina, lo que reduce considerablemente sus opciones reales de alcanzar los 20-21 puntos que históricamente han sido suficientes para el séptimo lugar.
La historia no acompaña a la Bicolor
El factor histórico tampoco favorece a Perú en esta recta final. La selección nacional no logra vencer a Uruguay en Montevideo desde 1999, mientras que Paraguay siempre se ha mostrado como un rival incómodo en Lima. Ecuador, que ya tiene su clasificación prácticamente asegurada, podría presentar un equipo alternativo en la última fecha, aunque tradicionalmente los equipos sudamericanos mantienen la competitividad hasta el final de las eliminatorias por respeto al torneo y a sus propios procesos formativos.
Un futuro incierto
La realidad indica que las posibilidades peruanas de clasificar al Mundial 2026 son mínimas, requiriendo una conjunción de resultados favorable que bordea lo imposible. La eliminación matemática podría confirmarse incluso antes de la próxima fecha si Venezuela suma puntos ante Paraguay. Para una selección que alcanzó el repechaje en dos procesos consecutivos bajo la conducción de Ricardo Gareca, la actual situación representa un retroceso doloroso que obliga a una reflexión profunda sobre el futuro del fútbol peruano y la urgente necesidad de renovación generacional que permita recuperar el nivel competitivo perdido en los últimos años.
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Estudiantes de la UNFV toman desde anoche la sede principal [VIDEO]
Universitarios denuncian que muchos de ellos hasta la fecha no aparecer registrados como matriculados, y exigen una mayor celeridad de parte de la administración de esa casa de estudios para regularizar sus matrículas.

Casa tomada. Ya estamos a mitad de año, pero increíblemente decenas de estudiantes de la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV) se encuentran en una condición sui géneris. Van a clases, rinden exámenes, ingresan a sus facultades con sus libros y anotaciones, pero en papeles ¡no son estudiantes de esa casa de estudios!
A pesar de que las clases en la sede de la UNFV, ubicada en la avenida Nicolás de Piérola, iniciaron en el mes de abril, increíblemente los universitarios no cuentan con una matrícula formal y es que, según cuentan los manifestantes, el área administrativa de esa universidad no los tiene registrados. Ellos, explican, que esto le trae una serie de inconvenientes como el acceso al comedor universitario o el beneficio del medio pasaje en el transporte público que le otorga su carné universitario.
“Estamos a mitad de año, ya pasaron los exámenes parciales y aún no se ha abierto la matrícula para estudiantes de segundo a quinto año en la Facultad de Humanidades. Sin matrícula, nuestros esfuerzos no serán reconocidos, perderemos el acceso a servicios y corremos el riesgo de perder el año académico”, expresó uno de los dirigentes estudiantiles a través de un megáfono durante la protesta.
Pero eso no es todo. Los manifestantes sostienen que ese problema también se da en la facultad de Ciencias, donde se estarían perjudicando alrededor de 300 estudiantes de esa universidad nacional.
Los estudiantes indicaron que tras varias semanas de marchas pacíficas y reclamos decidieron tomar una medida más drástica para exigir una mayor celeridad en la regularización de sus matrículas. Indicaron que esperan en la brevedad un pronunciamiento de la rectora Cristina Alzamora, caso contrario continuarán de manera indefinida con la toma de esa sede.
Además, mostraron preocupación por las próximas elecciones estudiantiles, ya que no existe un padrón claro de alumnos habilitados para participar. “Se vienen las elecciones a cogobierno y no se sabe quiénes son oficialmente los estudiantes. Ya hicimos más de tres plantones, pero las autoridades no nos dan solución, por eso tomamos la sede central”, indicaron.
Por su parte, la UNFV anunció a través de su página oficial en Facebook que las clases se desarrollarán de manera remota hasta el domingo 22 de junio, como medida temporal para evitar mayores inconvenientes en las actividades académicas y administrativas mientras se resuelve el conflicto.
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En menos de tres meses, mueren profesor y estudiante tras caídas en la UTEC de Barranco [VIDEO]
La UTEC asegura activar protocolos de seguridad, pero en poco más de dos meses hay dos fallecidos. Mientras tanto, la universidad guarda silencio, limita la información pública y alega que los casos aún están en investigación.

Un nuevo incidente enluta a la comunidad de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC). Un estudiante falleció este miércoles 19 de junio tras caer desde un piso alto dentro del campus ubicado en el jirón Medrano Silva, en el distrito de Barranco. La noticia fue confirmada por la propia universidad mediante un breve comunicado en sus redes sociales, donde anunció la suspensión de todas las clases presenciales y virtuales por dos días.
“Dada esta triste situación, hemos activado los protocolos correspondientes”, indicó la institución, agregando que las actividades se retomarían de forma virtual el sábado 21 de junio. Además, señalaron que “se continuará colaborando con las autoridades para esclarecer los hechos”.

No obstante, como ha ocurrido en ocasiones anteriores, el manejo comunicacional ha sido altamente hermético. No se han brindado detalles sobre las circunstancias del suceso, ni se ha explicado qué tipo de protocolos se han activado específicamente. Esta falta de transparencia genera preocupación y desconcierto, especialmente considerando que este es el segundo caso similar en apenas dos meses y medio.
En abril pasado, un docente también falleció al caer desde uno de los edificios del mismo campus. En esa ocasión, la UTEC emitió un comunicado casi idéntico, anunciando una investigación, suspendiendo clases y expresando condolencias, pero sin ofrecer explicaciones claras ni asumir responsabilidad alguna.

Ambos casos, aunque en investigación, reflejan un patrón preocupante. Si la universidad asegura seguir protocolos de seguridad, ¿por qué no se han reforzado las medidas preventivas en los diferentes pisos y estructuras del campus?
Las muertes trágicas de un profesor y ahora un estudiante no pueden quedar reducidas a comunicados breves y silencios institucionales. La comunidad universitaria y la opinión pública merecen respuestas claras, acciones visibles y un compromiso real con la prevención y la seguridad.
Estudiante de la UTEC cae al pavimento en las instalaciones de la universidad y fallece. @UTECuniversidad pic.twitter.com/HF9l8aZOVV
— Revista Lima Gris (@Limagris) June 19, 2025
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Jesús María vivió su propia Champions League: exitosa primera edición reunió a más de 200 vecinos
16 equipos compitieron por la Copa “𝙅𝙚𝙨𝙪́𝙨 𝙈𝙖𝙧𝙞́𝙖 𝘾𝙝𝙖𝙢𝙥𝙞𝙤𝙣𝙨 𝙇𝙚𝙖𝙜𝙪𝙚”.

Con emoción, goles y espíritu vecinal se vivió la primera edición del campeonato relámpago “𝙅𝙚𝙨𝙪́𝙨 𝙈𝙖𝙧𝙞́𝙖 𝘾𝙝𝙖𝙢𝙥𝙞𝙤𝙣𝙨 𝙇𝙚𝙖𝙜𝙪𝙚!”, organizado el pasado sábado 14 de junio como parte de las celebraciones por el Día del Padre. El evento, que congregó a más de 200 vecinos y vecinas, se convirtió en una verdadera fiesta deportiva con transmisión y narración en vivo, almuerzo comunitario y una final de infarto definida por penales.
Aunque inicialmente se tenía previsto realizar el torneo en las canchas del Club Lawn Tennis, los equipos fueron sorprendidos al llegar y encontrarse con la negativa de uso del espacio por “orden superior”, sin explicación clara. No es la primera vez que ocurre algo similar: ya durante el Día de la Madre, otra actividad vecinal programada en el restaurante “Megapollo” fue suspendida tras una clausura de última hora por parte del área de fiscalización del municipio. Sin embargo, gracias a la rápida reacción y buena organización del equipo de Luiz Carlos Reátegui, aquella actividad logró realizarse exitosamente en otro local, reuniendo a más de 600 madres jesusmarianas.

Este campeonato relámpago pese a los intentos vanos de impedirlo y obstaculizarlo, siguió adelante gracias a la buena predisposición, apoyo, cariño, respaldo vecinal y el entusiasmo de los participantes. En total, más de 16 equipos de categoría libre (conformados por vecinos de distintas edades y zonas del distrito) disputaron partidos intensos y llenos de camaradería. La gran final fue digna de una Champions League: ambos equipos ingresaron en formación por el centro de la cancha, ante los aplausos de los asistentes, y el título se definió con goles que son amores, elevando la emoción al máximo.
El evento fue transmitido en vivo a través de la fanpage oficial de Luiz Carlos Reátegui, quien además animó la jornada junto al narrador deportivo del evento, con humor, cercanía y mucho carisma. El stream(transmisión) obtuvo miles de reproducciones.

Durante la premiación, los campeones alzaron la Copa a escala real en medida y peso oficial de la Champions League, que simbolizó el esfuerzo y la pasión de todos los vecinos participantes. Luiz Carlos Reategui cerró el evento anunciando que este campeonato se repetirá cada año, como parte de su propuesta de convertirlo en una tradición deportiva para Jesús María durante su próxima gestión.
El equipo de Reátegui de la mano de su liderazgo ha vuelto a salir airoso una vez más, demostrando con resultados evidentes la capacidad de dirección, organización y gestión.
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Paro Nacional de Transportistas: más asesinatos y un gobierno ausente
Mientras las mafias siguen matando a transportistas en todo el país, Dina Boluarte guarda un silencio cómplice. La falta de acción y de liderazgo ha convertido las carreteras en territorios sin ley. Los transportistas paralizarán el país este 18 de junio exigiendo lo que siempre se les garantizó: seguridad y justicia.

Los gremios de transportistas han anunciado un paro nacional para este miércoles 18 de junio, en protesta por la alarmante ola de violencia que azota a su sector. La medida, que iniciará a las 00:00 horas y se extenderá hasta las 23:59, incluirá concentraciones en puntos clave de Lima, Callao y otras regiones.
La Confederación Nacional de Transportistas del Perú (CNTP), la Asociación Nacional de Transportistas (ANTRA) y otros colectivos lideran esta jornada de protesta, tras registrar al menos 15 conductores asesinados en lo que va del año. Las mafias que cobran cupos y extorsionan operan con total impunidad en las rutas del país, mientras el Ejecutivo, encabezado por Dina Boluarte, guarda un silencio cómplice.
Los puntos de movilización en Lima incluyen el Óvalo Santa Anita, el puente Los Ángeles (SJL) y la Plaza Bolognesi. En el Callao, el Óvalo La Perla será el epicentro. El impacto será grave: rutas interprovinciales y urbanas paralizadas, con serias consecuencias para el transporte de pasajeros y mercancías.
Los gremios exigen un plan nacional de seguridad para el sector transporte, mayor presencia policial en zonas críticas y, sobre todo, una respuesta política firme. Pero hasta el momento, el Gobierno no ha emitido ningún pronunciamiento, demostrando su total desconexión con la realidad que viven miles de trabajadores diariamente.
El silencio del Ejecutivo frente a las extorsiones, asesinatos y amenazas sistemáticas refleja una grave irresponsabilidad. Dina Boluarte ha optado por mirar a otro lado, mientras los transportistas mueren en las carreteras y los ciudadanos quedan a merced del crimen organizado.
La protesta no es solo por ellos, advierten los voceros de los gremios. La seguridad en las vías es un problema nacional que afecta la economía, la movilidad y la vida misma de todos los peruanos. Si no hay una respuesta inmediata, el paro podría volverse indefinido.
La indiferencia del Gobierno de Dina Boluarte ya no es tolerable. La ciudadanía exige acción, no excusas.
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¿Se cae Larcomar? Municipalidad de Miraflores clausura temporalmente centro comercial
Tras inspección municipal se detectaron grietas, instalaciones expuestas y fallas en medida de seguridad.

El sismo de magnitud 6.1 ocurrido el pasado domingo afectó a todos los limeños sin distinguir clases social o distrito. Varias viviendas, colegios, instituciones públicas y centros comerciales resultaron afectados de manera diversa. A propósito de los últimos, la Municipalidad de Miraflores empezó a realizar inspecciones inopinadas en diferentes lugares de su jurisdicción.
Tras la inspección de Visita de Inspección Seguridad en Edificaciones (VISE) personal de la municipalidad identificó grietas en zonas de tránsito de visitantes, instalaciones eléctricas expuestas y deficiencias en la implementación de medidas de seguridad, entre otros problemas.

Al respecto, señalaron que estas observaciones ponían en riesgo la integridad física de los vecinos, turistas nacionales y extranjeros, por lo que también se revocó el certificado ITSE (Defensa Civil) de Larcomar.
En tanto, el municipio miraflorino anunció que ampliará las inspecciones a otros espacios públicos del distrito, como la Huaca Pucllana, el café Buenavista, el Beso Francés, playas de estacionamiento y locales ediles, con el objetivo de verificar el cumplimiento de las normas de seguridad.

Estadio Manuel Bonilla bajo riesgo de colapso
Otro emblemático centro miraflorino que se encuentra muy cerca del acantilado es el Coliseo Niño Héroe Manuel Bonilla, que hasta la fecha se encuentra clausurada de manera permanente por detectarse severos problemas en el suelo del recinto deportivo, haciendo casi imposible cualquier plan para su refacción. Es más, expertos indican que probablemente esté al punto del colapso.
Uno de los principales obstáculos para la recuperación del coliseo Manuel Bonilla es la presencia de corrientes de agua y humedad bajo el suelo, lo que complica cualquier intento de remodelación. Según explicó el asesor legal de la municipalidad de Miraflores, Lino de la Barrera, estas condiciones requieren una cimentación profunda y especializada, lo que eleva los costos de reparación a aproximadamente 50 millones de dólares. Este monto, según indicó, está fuera del alcance del presupuesto municipal actual.

Durante décadas, el coliseo Manuel Bonilla funcionó como un importante escenario deportivo y cultural. Este espacio fue utilizado para diversos eventos, como competencias de voleibol, básquetbol, boxeo y actividades culturales, siendo uno de los recintos más representativos de la ciudad.
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